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Rabietas: Entendiendo el origen, las emociones y la utilidad.

Foto del escritor: Escuelas infantiles FENEscuelas infantiles FEN

Si hay algún motivo de consulta recurrente que aparezca con frecuencia en cualquier consulta de psicología infantil es sin duda las rabietas. Muchos son los papás y las mamás que no saben cómo afrontar algo tan frecuente pero a la vez tan complejo como son los episodios de rabietas, muchos de ellos me comentan que lo han intentado todo, otros que no entienden a su hijo y sin duda siempre surge la duda de si ofrecer o no atención, si reñirle o darle cariño para ayudar a su hijo a que se calme. Dentro de este mar de dudas la psicología y la neurociencia han buceado durante años con el objetivo de encontrar una respuesta clara y de utilidad al respecto. En este sentido mi objetivo como neuropsicólogo es ofreceros pautas y divulgar los descubrimientos que tanto la psicología como neurociencia han encontrado, así como las pautas y técnicas que los profesionales de la psicología utilizamos.


Hablar sobre rabietas no es fácil ya que engloba un sinfín de factores que las originan, mantienen, potencian o disminuyen, por este motivo, considero mejor dividir en varios posts el abordaje de este tema, de esta manera podré expresar mejor el contenido y podrás asimilar mejor la información.


Antes de ofrecer ninguna pauta o explicaros ninguna técnica es necesario comprender las rabietas, comprender a vuestro hijo.


Una rabieta es un episodio en el cual una persona en edad infantil exhibe un comportamiento caracterizado por la expresión de ira a niveles de intensidad, duración y/o magnitud excesivamente elevados y que suponen una respuesta desmesurada ante el estímulo o situación que genera tal episodio.


Es decir, una rabieta es la expresión exagerada de ira ante una situación determinada. Esta rabieta surge ante situaciones en las que vuestra hija o vuestro hijo no puede conseguir algo, lo que le genera frustración o bien una situación que provoca malestar. Esta frustración o el malestar, hace emerger la ira para modificar, eliminar o mermar la situación las genera.


Mientras lees esto, piensa en el número de veces que tu hijo/a ha tenido un episodio de rabietas en las últimas 2 semanas. ¿Cuántos episodios recuerdas? Si quieres, para que sea más fácil recordarlo puedes preguntarle a tu pareja. ¿Y en los últimos 4 días?... ¿Ha tenido hoy tu hijo/a una rabieta? ¿Cuántos episodios en total ha tenido tu hijo/a? ¿Son muchos?...


¿Es normal tener tantas rabietas?

Rotundamente... Sí


Cuando nacemos, nuestro ADN nos provee de un sistema operativo que incluye diferentes capacidades que deben ser desarrolladas a lo largo de nuestra vida. En este sentido toda persona aprende a gatear, luego a tenerse en pie, luego a caminar, correr, saltar e incluso nadar. Toda persona aprende a escuchar y comprender, a hablar, conversar, leer y escribir. Toda persona aprende a sumar, restar, dividir, multiplicar y resolver ecuaciones. Absolutamente todas las personas nacen con las capacidades para ser aprendidas, pero nadie, absolutamente nadie, nace sabiendo dominar sus capacidades y tampoco sus emociones. Las emociones son capacidades que el ser humano tiene y disfruta desde el comienzo de la especie y nos ha servido a sobrevivir y a avanzar como especie y sociedad.

Al igual que nadie nace sabiendo leer o escribir, nadie nace sabiendo manejar las emociones y de hecho, nunca se llega a dominar del todo estas capacidades. Los adultos no tenemos rabietas ya que sabemos controlar las emociones y podemos regularlas según la situación. Para comprender mejor las rabietas y las emociones cabe preguntarse ¿Cuántas emociones residen en mi cerebro?


Tenemos 5 emociones básicas: La tristeza, el asco, la alegría, el miedo y la ira.

Estas 5 emociones interactúan entre sí y se combinan generando los sentimientos. Cabe destacar que de estas 5 emociones, sólo hay una que es agradable (la alegría) el resto son desagradables pero todas, absolutamente todas, son adaptativas y necesarias. Un ejemplo de ello es el siguiente:

Si estás leyendo esto, lo más seguro es que tengas la suerte de ser Papá o Mamá, de ser así, estoy seguro de que has pasado alguna que otra noche levantándote varias veces en la noche para atender las necesidades de tu bebé y al día siguiente, mientras el cansancio y el deseo de dormir te invadían has tenido que trabajar y te ha resultado cuesta arriba. Pues bien, en esta situación una de las cinco emociones básicas actúa como combustible para que puedas rendir en el trabajo, mantener tu puesto y poder alimentar y cuidar de tu familia, esta emoción es la ira. La ira es una emoción que sirve para eliminar, mermar, modificar o modular una situación o estímulo que nos genera malestar. Siguiendo con el ejemplo: La situación que genera malestar es "estar cansado y tener que trabajar" en esta situación la ira surge, aumenta tu nivel de activación, mejora tu productividad, aumenta tu velocidad de procesamiento cognitivo, mejora la focalización en el trabajo y te hace estar más "borde" para evitar interacciones sociales que interfieran con la consecución del trabajo. Pues bien, este es un ejemplo de cómo la ira puede ayudarte en tu día a día y fíjate que no hablamos de rabietas, sino de ira controlada, ya que el control de esta capacidad puede ayudarte en tu día a día.


Los adultos aprendemos poco a poco a regular las emociones, los bebés y niños pequeños deben aprender poco a poco a regularlas, por este motivo es importante comprender que sus emociones no son reguladas con éxito aún, ya que son pequeños y no han tenido las oportunidades suficientes de alcanzar esa maestría en el manejo de estas tan útiles aunque difíciles de manejar capacidades: las emociones.


Por suerte, tu hijo/a cuenta con la ayuda de sus papá y/o su mamá para que poco a poco le ayuden a identificar, regular, manejar y utilizar sus emociones en su día a día para que se utilicen como capacidades y no como limitaciones.


En los siguientes posts hablaremos sobre cómo afrontar las rabietas y cómo prevenirlas.


Recuerda que todas las emociones son necesarias y que nadie nace sabiendo controlar sus capacidades, hay que aprender poco a poco a controlarlas y manejarlas para que puedan resultar útiles y adaptativas.




Referencias:


Montañés, M. C. (2005). Psicología de la emoción: el proceso emocional. Universidad de Valencia.


Bisquerra, R. (2011). Educación emocional. Propuestas para educadores y familias. Bilbao: Desclée de Brower.


Martínez Pérez, M. D. (2017). Trabajo de Investigación: Las Rabietas. PublicacionesDidácticas, 82(1), 462-469.



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